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La transformación digital y la pandemia llevaron a un gran número de empresas a adaptarse y repensar las jornadas laborales tradicionales de 09:00 a 18:00 hrs en la oficina, por lo que la implementación del trabajo remoto hizo que trabajar con un colaborador ubicado a kilómetros de distancia fuera “normal”, así este estuviera en otras ciudades e incluso otros países.

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Fue tal el boom de este modelo, que de acuerdo con datos de Deel    –compañía de servicios de contratación y pagos para empresas que contratan empleados y contratistas internacionales– de un año a otro, las empresas latinoamericanas crecieron un 268% en los últimos 6 meses del 2021, incorporando personal extranjero.

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¿Qué significan estos datos? Para Deel, el auge de la contratación internacional en Latinoamérica refleja que la adopción del trabajo remoto ocasionó que este sea uno de los principales modelos laborales hoy día, y que pudo haber llegado para quedarse.

Para la empresa, pese a que el mercado laboral se está recuperando de los estragos que causó la pandemia y cada vez más personas están trabajando de manera presencial, aún existen muchas otras compañías que decidieron continuar con el modelo remoto y aprovechar el talento de otros países.

Principales motivos para implementar trabajo remoto:

• Búsqueda de expansión internacional
• Demanda de trabajadores que se especialicen en un área determinada
• Escasez de talento local
• Necesidad de brindar atención al cliente 24/7
• Diversificación de la cultura de la empresa
• Retención del talento

Otra de las oportunidades que representa el trabajo a distancia es que al incorporar talento remoto en la región, estas compañías pueden cubrir todos los turnos y trabajar realmente de manera asíncrona. A su vez, esto les permite cumplir con uno de los objetivos mencionados anteriormente: brindar atención a sus clientes las 24 horas del día los 7 días de la semana.

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Aunado a esto, el trabajo remoto también ofrece ventajas para los empleados, como la reducción de las horas de viaje al ya no tener que desplazarse a las zonas de trabajo. Se estima que el trayecto promedio para un trabajador toma 100 minutos en transporte público, 62 minutos en auto o motocicleta y 32 minutos a pie o en bicicleta, pero esta cifra tiende a variar en ciudades con alta densidad poblacional, sobre todo por las aglomeraciones que se producen en determinadas horas, las cuales coinciden con la jornada de trabajo general.

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Otra ventaja es la posibilidad de reducir la migración a las grandes ciudades. Para muchas personas en LATAM, trasladarse a la capital del país o a una ciudad de mayor tamaño equivale a acceder a más y mejores oportunidades, sobre todo laborales. Esto también permite que puedan quedarse en sus localidades de origen y que mudarse a la gran ciudad ya no sea la única alternativa al empleo soñado.